martes, 8 de marzo de 2011

semana 1 (muy, muy tarde, pero prueba conseguida):

Hablando desde un espacio escénico como paradigma de la relación tradicional entre los creadores y el publico-sociedad, donde la propia arquitectura fija las normas de la relación que debe establecerse, estamos en un tiempo de auténtica CRISIS, de catarsis, de renovación, de reestructuración.
Dadas las circunstancias en las que, como ciudadanía, se nos comienza a dotar de herramientas para ejercer un protagonismo más activo, los procesos escénicos deberían también comenzar a plantearse cómo su espacio sociotécnico comienza a adaptarse a la nueva y cambiante realidad social.
El sector de lo escénico (teatro, danza y artes del movimiento, circo, música...) no sólo depende de la producción, es decir de la creación de productos artísticos, sino también de la exhibición de los mismos, es decir, son "artes en vivo", y eso siempre ha dotado a nuestro sector de un carácter artesanal.
No es un sector inmovilista, cada vez las fronteras de las producciones son más indefinidas, y una creación puede caminar por el teatro, la danza, la videocreación, el circo, la música...
Tampoco los espacios escénicos siguen el mismo patrón de antaño, donde el escenario y las butacas están separados por una profunda grieta infranqueable, donde el escenario y el artista son la luz y el centro, y el resto se convierte en "la parte oscura de la sala", donde hasta las toses son penalizadas.
Hay salas donde el escenario y el público se entremezclan, salas donde el público participa, creaciones colectivas e improvisaciones...
Y, obviamente, comenzamos a tener herramientas para poder hacer realidad un espacio escénico que se convierta en "Comunidad Escénica".
Ese tiene que ser nuestro reto en estos años: crear comunidad

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